Por Nadia Chain. Profesora de Educación Física.
El ejercicio físico contribuye a establecer el bienestar mental, agilizando la memoria, rapidez de ideas, mejorando la postura, el equilibrio, promoviendo sensaciones como el optimismo o la euforia, al tiempo que mejora la autoestima de las personas. Esto produce beneficios notables en personas que padecen enfermedades como la osteoporosis, la hipertensión o crisis diabéticas.
Se debe tener en cuenta que todas las actividades encaminadas a mejorar la forma física deben realizarse de manera progresiva. La intensidad y la carga deben ser determinadas de forma individual, ya que dependen del nivel técnico y de la condición física de cada persona.
El ejercicio al aire libre, sea cual sea la actividad realizada produce casi inmediatamente una mejora del ánimo. Esto se debe a que, además de los reconocidos beneficios de ejercitar el cuerpo, le añade el impacto positivo de permanecer en espacios verdes, rodeado de naturaleza y aire limpio, disfrutar de los rayos de sol y, en definitiva, de la sensación de libertad que no se tiene dentro de un gimnasio o espacio cerrado.
Todas ellas pueden realizarse en grupo y eso nos ayuda a sociabilizarnos y relacionarnos dándonos un placer extra al realizar actividad deportiva en compañía de otros. Se ha comprobado que el nivel de endorfinas (llamadas hormonas de la felicidad) que se genera haciendo deporte al aire libre es mayor que en un espacio cerrado, y si además se hace en grupo con familiares o amigos, el placer aumenta todavía más.
El ejercicio al aire libre tiene un claro efecto favorable sobre la población, de todas las edades. En poblaciones de riesgo, tales como adultos mayores, es recomendable aumentar la densidad ósea, el ejercicio debe hacer que los músculos ejerzan tensión sobre los huesos pero evitando ejercicios de alto impacto, como saltos o bajar escalones.
Se denominan ejercicios de soporte de peso (soportar el propio peso del cuerpo) a las caminatas rápidas, trotar, bailar u otras actividades como aeróbicos. También se puede optar por un entrenamiento cuidadoso con pesas libres.
Los ejercicios de soporte de peso también aumentan la densidad ósea incluso en los jóvenes, y ayudan a preservar la densidad ósea en las mujeres que se acercan a la menopausia.
Para proteger sus huesos, realice ejercicios de soporte de peso tres o más días a la semana para un total de más de 90 minutos a la semana.
Y si es al aire libre y en buena compañía ¡mucho mejor!